La primera vez que entré en bienes raíces fue cuando vivía en California con mi esposo, que era un comercializador de empresas de tecnología en Silicon Valley. En 2004, inventamos una plataforma de marketing inmobiliario para visitas virtuales que, por primera vez, combinaba planos interactivos. Finalmente vendimos la empresa.
Formada como arquitecta y diseñadora gráfico, siempre me ha encantado el diseño de edificios, especialmente el estilo colonial español. Entonces, vivir aquí en Quito es una gran bendición.